martes, 11 de septiembre de 2012

¿Cuando se tiene que decir basta?

¿Cuando se tiene que decir basta? ¿Al primer signo de cansancio o se debe esperar a que la paciencia se termine? Porque si lo decimos al principio puede parecer que no aguantamos nada, pero si lo decimos al final pueden decirnos que como nunca dijimos nada creyeron que lo veíamos igual que ellos. Y lo peor de todo es que nosotros mismos podemos creer que como nos aguantamos al principio, ahora sentimos que perdimos el derecho a hablar. Es un asunto complicado relacionarse con la gente y ser uno mismo, que te respeten pero que también te quieran, que no piensen que sos una gruñona si decís que cosas te molestan. Las relaciones interpersonales son difíciles, cualquiera de ellas, familiares, sociales, ciudadanas, amistosas, de pareja, todas, pero creo que si a eso le sumamos hipocresía empeora todo enormemente. En estos tiempos en los que debemos escuchar tantas mentiras sin tener derecho a réplica yo creo que tenemos que manejarnos con la más absoluta sinceridad de la que seamos capaces, debemos enseñar con el ejemplo a quien nos escuche que la mentira, la falsedad, el engaño, la estafa no es una opción. Quizás nosotros podamos comenzar un movimiento que las generaciones a venir sigan, renovar el valor de la palabra empeñada elevando las banderas de la libertad y la honestidad, rechazando la corrupción desde sus raíces y hasta la cúspide de la pirámide del poder, en paz, sin gritos, sin amordazar o perseguir a los que no piensan como nosotros, alguien, no recuerdo quien, dijo: quien le teme a un adversario no confía en sus propios argumentos, las discusiones, los intercambio de ideas, las charlas son para eso, entenderse, entender al otro, oír otro punto de vista y defender el nuestro, si podemos y así obtener un resultado mejor. Los monólogos solo le sirven a quien le gusta escucharse a si mismo y se cree dueño de la verdad absoluta, se sienta en su trono y pontifica, detiene su discurso estratégicamente para escuchar los aplausos y continua. No puede discutir porque no tiene argumentos suficientes o verdaderos para defender su idea, y sería terrible que los demás se dieran cuenta. Bueno, yo ya me di cuenta y creo que muchísima gente también, el poder se detenta pero el respeto se gana, en todos los ámbitos sociales, desde los padres en su casa, hasta la presidencia en el país.