miércoles, 1 de octubre de 2008

Como mi jardin

Como habrán comprobado estoy algo fiaca para escribir, pero no es nada mas vagancia, se parece mas a la depresión que suele atacarme mas seguido ahora, será que me estoy poniendo vieja o me estoy cansando de fingir un estado que no tengo. Ayer me puse a arreglar mi jardín y comencé a compararme con el, llegue a la conclusión de que mi vida es como un jardín con senderos que se bifurcan (como el titulo del libro) y si tomo uno de sus senderos no se que sorpresa me depara el fin del camino.
Al igual que un jardín tengo flores y yuyos, también espacios vacíos que no se con que llenar, tengo flores hermosas logradas tras mucho esfuerzo y otras surgidas espontáneamente, yuyos que ya no se como eliminar, cardos que lastiman, enredaderas que se enrollan y asfixian a las pobres plantas, pero que tienen flores bonitas y da lastima quitarlas, pero uno sabe que tiene que elegir a quien salvar. Y cada elección es una renuncia, algunas veces dolorosa, otras insignificante. Y también tengo las plantitas rastreras, esas que ocupan rápido cualquier huequito, con sus flores sencillitas, tratando de tapar lo feo, lo vacío para que no se note y todo parezca más armonioso. El que lo ve quizas no lo note pero yo se que ahí falta algo, lo que ocupaba ese lugar se murió.
Y los senderos que lo recorren son retorcidos y algunos terminan abruptamente contra una pared o lo que es peor contra una yuca enorme que de solo mirarla ya te duele, en cambio hay otros que te llevan a un hermoso banco bajo la sombra de un ficus, donde me siento a leer o a esconderme muchas veces.
Este ha sido un año con muchos cambios para mi, cambios internos, dolorosos pero necesarios para lograr un poco de paz interior, creo que este fin de año algunos de los objetivos que me prometí el año pasado podré darlos por cumplidos.

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